... y Gallardón le dice: NO. No tiene usted mi permiso. La experiencia histórica, en la que ya hemos participado cuando gobernamos, demuestra que no se dan la condiciones mínimas para plantearse el fin del terrorismo por la vía del dialogo. Creemos que iniciar ese proceso es un error grave. No hay margen para obtener beneficio alguno de un proceso que además podría socabar la dignidad de aquellas personas que sido víctimas de la lacra asesina del terrorismo.Kir escribió:Suponte que ZP pide permiso para dialogar con ETA y Gallardón comienza a marear la perdiz en plan muy talantero y muy dialogante.
¿Eso es lo que se ha dicho? ¿Es un problema de convicciones o es un problema de estrategia e incluso de obcecación? Se niega lo evidente, se procura lo peor y se fomenta el negativismo.
¿Y ahora? Otros cuatro años en manos de los rompe-españas, del amigo de los terroristas... ¿Quienes llamaron a ETA Movimiento de Liberación Nacional Vasco?
http://estrella.lamatriz.org/desvan/AZNARyETA.pdf
No es argumentación dialéctica de éxito. Y es que solo se trata de eso. Si hubiesen ajustado su discurso a un tono, un simple tono más moderado, hubiesen ganado la pata centrista sin dejar de lado ninguna de sus convicciones. ¿Qué porcentaje de los votantes socialistas crees que está conforme con el famoso "proceso de paz"? Bastantes pocos, pero es que hay que hacer de tripas corazón porque la alternativa se fue al extremo del planteamiento beligerante, y da miedo. ¿No lo ves?
Ahora mismo en España, como bien dice Luisma, no basta con afirmar o negar, hay que ir mandado a tomar por culo, cuanto más alto el tono y más lejos se mande, más rigor y claridad en el mensaje. ¿Eso es ser de derechas? ¿Hay 11 millones de terroristas?
Por cierto: no he dicho que escuches la COPE, digo que el mensaje de que Gallardón es un tapado de la izquierda en el PP ha funcionado, ha calado en general. Y es falaz. Es interesado. Y el propagador, asalariado por ello, es Jiménez Losantos.
Y una vez más me sigues demostrando que el mensaje ha calado. Dices que no hay alternativa, que varios analistas dicen que no hay alternativa. Eso se llama lavado de koko: siempre hay alternativa. De eso trata la política y no de hacerse pajas con lo maravilloso de las convicciones propias.