Enrike escribió:Si señores, me gusta el futbol. Y mucho.
Lo que creo no es de recibo es la reacción contraria con la vehemencia con que se suele manifestar. Es totalmente lógico y normal que a mucha otra gente no le guste el futbol. No pasa nada. Pero no entiendo esa necesidad de hacérselo ver a todo el mundo, una y otra vez.
Lo dicho. No entiendo esa "afición" de criticar a quienes les/nos gusta el futbol. A no ser que sea uno de los diez mandamientos del manual del buen gafapasta........
Saludos,
Sin ánimo de molestar, pero en todo caso, es al contrario. Estoy harto de que te hablen constantemente de futbol. Y sabes que es cierto: en la tele (para los que la vean), en la radio, en la prensa, en el trabajo (los amigos, por suerte, los puedes elegir). Y somos nosotros, los que no nos gusta, los que nos tenemos que ir defendiendo de ese acoso masivo.
Y sí, lo siento, me produce arcadas el susodicho. Todo ello sin intentar ofender o menospreciar.
Enrike escribió:Pero es que no es de ahora, de siempre me ha gustado el futbol. De pequeñito, iba dándole patadas a todo lo que se asemejaba a una pelota
Y yo también jugué, y mucho, cuando era joven. Y me gustaba, porque servía para jugar con los “de la calle”; porque te peleabas con uno u otro y al día siguiente estaba todo olvidado; porque servía para determinar el rol de cada chaval dentro del grupo; porque un día jugabas “con” este y al día siguiente lo hacías “contra” este; porque “no sentías los colores”, ya que jugabas con tu propia ropa y debías cuidarla; porque, aunque suene paradójico, empezabas a entender la equidad, ya que cada vez los equipos se formaban cuando los dos mejores (cada uno en un bando) elegían alternativamente a los que creían que eran los siguientes mejores; porque, en definitiva, era para pasarlo bien y sudar un buen rato hasta llegar exhausto a casa.
Digo, ...pregúntate una cosa: para poder hablar con criterio de alguna cosa, necesitas tener un mínimo de conocimientos (si es que no tienes miedo al ridículo que puedas hacer). Por el contrario, para hablar de fútbol, no hace falta saber nada de nada. Hablarás durante horas y horas, jugando con un poco de vocabulario (el extremo, correr por la banda, la táctica, el árbitro es muy casero, etc...) y quedas bien. Para ser honestos, hay que decir que la parte positiva es que cualquier asocial o energúmeno tiene cabida (¿o acaso te juntarías con cualquier pandillero fascista, quinqui o “quillaco” fuera de esta ámbito?).
Sigo, ... de la cantidad de periodistas (televisivos, radiofónicos, de prensa escrita y otros mas) que hay detrás de ese mundo, sería recomendable que leyeran algo de Fernando Lázaro Carreter (p.e. El dardo en la palabra); se les caería la cara de vergüenza. Es impresionante como tratan la gramática, además de la invención de palabras o de un uso inapropiado de las mismas (que por otra parte lo entiendo, es lo que conlleva el tener que hablar durante 90 minutos, o más, de una cosa que no tiene mucha sustancia).
Sigo, .... y que decir del altruismo de los presidentes de los clubes (empresarios del tocho, polítcos y otros). Solo pretenden el bien del club y nada más. Y voy y me lo creo.
Paro, ... se está convirtiendo en un tocho